Tipos de ortodoncia: cuál elegir
La ortodoncia es un tratamiento odontológico que soluciona los problemas de mordida y apiñamientos dentales, pero también es muy utilizada para tratamientos con fines estéticos duraderos y a largo plazo. Existen varios tipos, y en el blog de hoy profundizamos en ellos.
Ortodoncia metálica
Se trata de una ortodoncia compuesta por brackets de acero inoxidable. Es la más conocida y también la más común a la hora de realizar tratamientos de ortodoncia, ya que es la más económica y la que más problemas dentales soluciona. El principal inconveniente es que es de las menos estéticas.
Ortodoncia cerámica
El tipo de ortodoncia de ceramica pertenece a las denominadas ortodoncias estéticas. Los brackets en este caso no son metálicos, sino de porcelana cerámica. Esto los hace ser muy parecidos al color natural del diente por lo que serían poco perceptibles a la vista, aunque el arco que une los brackets si es metálico. Uno de los inconvenientes es que el material es más frágil, por lo que es más probable que un bracket pueda romperse.
Ortodoncia de zafiro
Se trata de otro de los tipos de las denominadas ortodoncias estéticas. La principal diferencia en comparación a la ortodoncia cerámica es que, aparte de los brackets, el arco también podría ser invisible. El material es mucho más resistente, el segundo después de los metálicos. El principal inconveniente lo encontramos en que el tiempo del tratamiento es más extenso.
Ortodoncia lingual
Este tipo de ortodoncia es con brackets de acero inoxidable al igual que la ortodoncia metálica, pero es más estética. Esto es debido a que los brackets se colocan en la cara interna de los dientes, lo cual la hace prácticamente invisibles. El principal inconveniente es que la higiene resulta más complicada que en otros tipos de ortodoncia y el tratamiento podría alargarse más.
Ortodoncia invisible
Este tipo de ortodoncia se caracteriza principalmente por ser la única que es removible. Se trata de unas férulas transparentes que se colocan sobre los dientes. Es prácticamente imposible distinguirlas a primera vista. Son las mejores en cuanto a higiene se refiere, ya que podemos comer sin ellas y el lavado tanto de los dientes como de las férulas resulta muy cómodo. El principal problema es que, al poderse quitar, es muy probable que las pongamos menos tiempo al día del que deberíamos, por lo que el tratamiento podría llegar a ser muy largo. En cuanto al precio, sería de las ortodoncias más caras.